Teníamos que hacer un dibujo libre para plástica, y yo decidí hacer un globo. A Marina le gusta mucho dibujar manga, así que decidió dibujar un angelito con los brazos extendidos y las piernas juntas.
Marina no conseguía dibujarla bien del todo. Tuvo una grandísima idea.
Cuando se fue a duchar, se miró al espejo y entonces puso la postura que quería dibujarle al ángel, y consiguió ver por fin como hacerlo.
Más tarde, en el colegio, nos lo contó a María y a mi, y las dos, como para no, nos partimos de risa. Ella se rió con nosotras, pero creo que en el fondo no veía la gracia.
María empezó a fastidiar a Marina con eso: María la llamaba y cuando Marina se giraba para mirarla, ella ponía la pose del ángel y se reía.
Entonces empecé a hacer lo mismo y Marina comenzó a cansarse, pero por lo menos sonreía.
El otro día se lo contamos a Vicente, y ese día él no pudo mirar bien a Marina.
-Es que no puedo imaginármelo. -decía Vicente.
-Pues dibújalo, pero ponme una toalla. -dijo Marina.
Entonces Vicente hizo un dibujo de una chica (Marina), y en vez de ponerle toalla, le puso un cuerpo en forma de plancha, o eso es lo que dijo Vicente.
Ahora, siempre que queremos molestarla, tenemos esa bromita para avergonzarla un poco.